Estas preguntas son bastante comunes, así que las coloco sin
tanto preámbulo:
¿Le molesta que cerca del 75 % del presupuesto se destine a
gastos de funcionamiento y no a ejecución?
¿Le molesta que el 25 % de los fondos del Estado se pierdan
en corrupción?
¿Le incomoda que cada año se aumente el presupuesto pese a
que los ingresos no aumentan, por lo cual se adquiere cada día más deuda?
Si usted respondió “sí” a dos de las anteriores tres, déjeme
decirle que está entre la gran mayoría de la población, que estamos hartos de
que hagan piñata con nuestros impuestos. Si a usted le vienen a contar chismes
e ideas extrañas de tener un Estado más fuerte, con más recursos, con más
empleados para ejecutar más, no se deje engañar. Así que como nuestros
intelectualoides pretenden justificar algo insostenible: Si Q25 de cada Q100 se
destinan a corrupción y los otros Q75 se quedan en los salarios y costos
operativos se quedan en el Estado, eso significa que estamos contratando una
empresa de servicios que no nos sirve. No debemos verlo como un barril sin
fondo, eso no es cierto. Lo que el Estado actual es, simplemente, es un asesor
que nos dice qué hacer, cómo hacerlo, para qué hacerlo, pero nos sale carísima
la asesoría y no nos trae ningún beneficio sus sugerencias. Y son sugerencias
porque al final las leyes no se aplican, nadie respeta el rol de ente regulador
y lo peor es que el Estado no “Gobierna”. Pero además nos endeuda, por cada
Q100 que le damos, él pide Q33 prestados que luego no paga y la deuda la
asumimos nosotros y nuestros hijos.
Así, sencillo, sin maquillaje, eso es Guatemala actual. Y
digo yo, ¿Nos van a convencer que lo que necesitamos es más policías, más “asesores”,
más ONGs ejecutoras, más diputados, más Parlacen? No, necesitamos todo lo
contrario. Debemos colocar al Gobierno en lo único que debe preocuparle:
seguridad, Justicia, Salud y Educación. Todo lo demás, con el dolor de mi corazón
se los digo: no tiene por qué meterse a “gobernar” o a imponer. Sí debe, dentro
de los márgenes de la Justicia y la Seguridad, regular nuestro comportamiento,
hacer que se cumpla la ley y garantizar procesos justos.
No es utopía, es realidad. Donde el Gobierno mete las
narices hay mafia, hay delito organizado desde dentro del Estado y hay
ineficiencia. ¿No me creen? Un diputado gana Q29,000 mensuales. Y digo “gana”,
como chiste, ¿Cuántas veces van al Congreso? ¿Cuántos solo van a levantar la
mano solo porque así se lo ordenaron? ¿Cuántos se salen de hemiciclo por “estrategia”?
Pero no hay problema, cuando van se les compra comidita (a nuestra cuenta), se
les paga la gasolina, les financiamos a sus queridas y asesores, se les da
celular, se les paga seguridad en caso de “necesitarlo”. Entonces, ¿Para qué
tiene salario si todo se lo preveemos nosotros?
En fin, podemos usar este ejemplo con todos los rangos altos
de Legislativo, Ejecutivo y Judicial. ¿Qué beneficios nos traen? Ninguno, son
una vergüenza para la población, tanto los circos del Legislativo como los del
judicial. Así que finalizo:
¿Necesitamos más Estado, más endeudamiento, o más eficacia y
menos recovecos donde fomentar la corrupción? ¿Qué dicen ustedes?
Por Güicho Godoy