Fotografía de El Nuevo Heraldo. ¿Cuántas familias más morirán? |
pretende tomar el poder a pura sangre y fuego. Y no les duelen los asesinatos. Y no les importa nada con tal de manifestar su "poder" legitimado.
Lo mencioné en su momento, cuando apenas se comenzaba a saber sobre la masacre de una familia completa en San Juan Sacatepéquez, de una familia que al parecer estaba a favor de la cementera. Amnisía Internacional había girado sus "responsables" acusaciones responsabilizando al gobierno por la conflictividad en el país y esa misma noche ocurrió esta tragedia. ¿No es acaso una enorme irresponsabilidad achacarle al Gobierno la responsabilidad de todo cuando vemos que hay grupos organizados y armados en diferentes partes del territorio nacional atacando y asesinando por cualquier motivo? Porque nuestros valientes e "inteligentes" activistas todo lo equiparan al mismo tipo de conflictos, cuando en realidad vemos que no importa si son hidroeléctricas, minas, cementeras o cualquier tipo de empresa a la cual se pueda extorsionar, y mejor aún si en el proceso pueden victimizarse y pedir limosnas por medio de ONG's en el extranjero.
Nótese, no hablo de supuestos ni de intrigas montadas por el CACIF (según nuestros analistas, es culpa de ellos todo lo que pasa en el país). Y pareció más sospechoso aún que mejor desviaron la atención y en lugar de hacer el escándalo usual sobre conflictividad, se enfocaron en la candidatura de Sinibaldi. Sabía que algo había detrás y hoy se los digo tal cual: no tardarán en salir con la "militarización" de las comunidades y un gran show, ahora que lograron su cometido, que las muertes pasaran casi desapercibidas de manera que el escándalo será el Estado de Prevención y las capturas de los líderes, que hoy los elevarán como víctimas y personas ejemplares.
Atacar con pasamontañas, asesinar a familias enteras, incendiar casas y vehículos, bloquear los accesos para dificultar el accionar de las autoridades. Señores, eso es terrorismo, por donde lo quieran ver. Y es momento que el Gobierno, por una sola vez, sea responsable, transparente pero ejerza el control en el área. De manera transparente y clara para que no pueden escudarse ni victimizarse.
Yo lo invito, amable lector, a que cerremos filas, a que condenemos estos hechos. No se trata de estar a favor o en contra de un Gobierno o de unas políticas (¿cuáles?) sino estar a favor de la vida y del respeto de la ley ante todo. Mucha libertad sin responsabilidad se les ha dado a estas organizaciones que siguen vendiendo afuera como si existiera aún la guerra. No dejemos de condenar estos hechos ni caigamos en el juego de dobles discursos que ya han dominado a la perfección. Es hora de montarles cara. Hoy fue una familia de la cementera, ayer fueron empleados de una mina, mañana podría ser cualquiera que trate de trabajar honestamente para sacar adelante a su país.
No toleremos estas acciones.
Por Güicho G.
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