Lo ocurrido ayer en el hogar para niños desprotegidos Virgen
de la Asunción es una muestra más de cómo la sociedad se ha descompuesto al
punto que solo luego de las tragedias todo mundo tiene algo qué decir, pero
mientras las cosas ocurren todos preferimos ver hacia otro lado, esperando no
nos toque nunca algo así.
La muerte de estas jóvenes y niñas es un recordatorio de que
para el Estado todos somos huérfanos, estamos desprotegidos, no merecemos nada
y a merced de cualquier maldito inhumano que busque hacernos daño muchas veces
abrigados por el ala del Estado.
La consigna ahora es buscar justicia por las víctimas, por
lo que pasó ayer y por todas las denuncias que todo mundo ignoró, que hoy salen
a relucir y nadie hizo nada por proteger a los más desvalidos del país. Debemos
propiciar un cambio que nos lleve a recobrar la humanidad, de identificarnos
con el dolor de muchas familias y de buscar hacer el bien, creo que solo así
podremos rescatar a nuestra sociedad del hoyo en el que parecen nos tiraron a
esperar la muerte.
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