Destruimos nuestro empleo y nuestros servicios. Foto de Prensa Libre |
El momento actual puede ser tomado como
cualquier cosa, quizá la mayoría no le preste atención a los síntomas que nos
siguen rodeando y que de no detener a tiempo nos llevará a la anarquía. Es
momento de cerrar filas, dar el paso al frente y no tolerar más este caos en el
que nos encontramos.
¿Qué tiene que suceder para que nos
indignemos? De verdad, no hablo solo de postear pensamientos y frases bonitas
sino de replantear nuestras percepciones del mundo. Y especialmente de
Guatemala. ¿Cuántas veces tienen que quemar las oficinas, rodear las
instalaciones, secuestrar trabajadores y un extenso etcétera para que
condenemos estos hechos?
Me refiero a la noticia de la quema de instalaciones de Energuate en Tiquisate. La razón dada por los vecinos: el
exceso en los cortes de energía. Muy interesante, como se va la luz a cada
rato, la solución es destruir las instalaciones de quien presta el servicio. Es
como si por los baches en las calles decidamos destruir la carretera. ¿Les
suena lógico?
Pues hay más. Resulta que esta es la supuesta
“lógica” que justifican algunos activistas de Powerpoint y si no estás de
acuerdo, es porque estás alienado, porque te engaña el Gobierno o no sabés nada
porque sos de la capital. Eso es lo que dicen, utilizando los mismos prejuicios
de los que se hacen las víctimas.
Pero, el punto central aquí es que no le
estamos dando la importancia necesaria. Mucho es porque tenemos la idea de que
estos problemas nos son ajenos, no nos importan ni nos afectan. Pero hay que
tener cuidado, la semana pasada usé el ejemplo del ataque armado a Minera SanRafael. No fue un asalto, no fue una manifestación popular, fue un ataque
planificado, fue una acción de guerra (que no vengan a vendérselo de otra
forma, un escuadrón con armas atacando por la noche y disparando contra el
cuerpo de seguridad no tiene otro nombre). Pero como vemos, cada vez más
frecuente el “malestar” se extiende y lleva a medidas extremas. ¿Qué les
impedirá que mañana incendien la tienda de la esquina, el colegio del
“extranjero” o el supermercado con tarifas altas? Lo que hoy dejamos pasar,
mañana se convierte en regla. Y caemos en la anarquía.
Los invito a que reflexionen sobre nuestra
tolerancia, sobre nuestras convicciones con respecto a los negocios y a la
misma gente. Además de afectar sus mismos servicios, participar en el robo de
energía y en el saqueo, están quemando sus propios trabajos, sus propios
servicios y afectando a su propia gente. Estos son los grupos que hoy están
manifestándose. Y estamos jugando un juego peligroso. Yo condeno, repudio y
rechazo estas acciones. No estoy de acuerdo con celebrar la destrucción de
ninguna empresa privada. Y los invito a que se informen y que no apoyen estas
iniciativas. Necesitamos respaldar a las autoridades, pero también presionarlas,
exigirles que accionen contra los responsables.
Nuestros hijos nos lo agradecerán. Seamos
valientes, involucrémonos y no nos dejemos más.
Por Güicho Godoy
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