Medios de "analistas" parcializados que critican a sus hermanos |
Resulta que vivimos en un país, tan subdesarrollado, que el
único campo laboral que parece expandirse y prometer grandes réditos para la
carrera son los “analistas sociales”. Ahora los leemos en todos los medios
digitales saber, conocer y condenar todo lo que sucede en Guatemala. Curioso
además que varios de ellos radican en Canadá, Noruega y tantos otros países,
aquello que el hueso del “analista” genera becas y los hace conocer el mundo.
Por un lado, gritan premisas de derechos humanos, de igualdad, equidad, se
saben todo aquello de la “legítima defensa de nuestros derechos” y son
tolerantes con cualquier cátedra minoritaria.
Más curioso es que cuando uno los indaga dispuesto a
dialogar y conocer más de su postura contestan con insultos, con falacias “ad
hominem” y con descontextualización de cualquier hecho. Uno no puede generar un
debate respetuoso sin que lo juzguen a uno de pertenecer al CACIF, de ser
ladino, capitalino, hombre, que si se es familiar de algún militar y toda esa
falta de coherencia en sus argumentos. ¿Acaso importa la iglesia, el credo o
cómo suena mi apellido? Lo que debe importar es la realidad y la coherencia de
nuestros actos. Pero si pedimos respeto para las minorías (quién es minoría en
este país, piense) por qué no empezamos
por respetar a quien debate con nosotros, por qué no referirnos a los hechos, a
las ideas y por qué no predicar con el ejemplo: el respeto a la opinión de los
demás.
En fin, me causa curiosidad, especialmente en estos académicos
a distancia, que detrás de su computadora creen componer el mundo,
especialmente Guatemala, con su sola inteligencia. Pero hay más, resulta que se
dan el lujo de criticar a la mayoría de guatemaltecos que quiere prosperar, que
trabaja, que día con día se esfuerza con salir adelante. Y ahí sí, me
perdieron, puedo ser tolerante con lo que quieran, pero no con que se burlen o
juzguen a sus hermanos, a quienes hacen mucho más que ellos pese a no recibir
sus ganancias, especialmente en Euros.
Resulta ahora que querer tener una casa es malo, es el
cochino “sueño americano”. Resulta que tener una carrera, poner un tu negocio,
querer tener un carro nuevo o cualquier lujo es ser “aspiracional”, y peor aún,
es ser mediocre y malo.
Pero a ellos, a estos activistas que solo son indigenistas
cuando vienen los Euros, que solo son feministas cuando pasan la tarifa, sí que
los ve en autos del año, de “gira” en Europa vendiendo sus proyectos de
igualdad, no digamos lo que compran o los que se instalan ya de plano en otro
país, a vivir de criticar a distancia.
No digo que las familias pudientes de Guate sean un ejemplo
de justicia e igualdad, pero pretender cambiar esa realidad practicando iguales
errores y discriminaciones me parece ridículo. Aprendamos a respetar los derechos
de nuestros iguales, se supone que eso predican. Sobre todo porque, al final,
somos estos guatemaltecos aspiracionales los que en verdad estamos trabajando.
El campesino no trabaja solo para comer, trabaja para tener una mejor realidad
para sus hijos. De cuándo a acá va a venir un tipejo con ínfulas de analista a
criticar a todos los que trabajan honestamente en la profesión u oficio que
sea.
Con el perdón de, pero si esa es la tolerancia que predican,
prefiero pasar. No permitamos esta intolerancia, que se resume a esnobismo del
más básico, mediocre e hipócrita. Al que le quede el guante…
Por Güicho Godoy
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