jueves, 31 de julio de 2014

Vivir la legalidad

No soy abogado, aclaro. Pero, lo que sí sé es que si la ley dice que no puedo hacer X cosa porque va en perjuicio de la sociedad, pues no la hago. Y si la hago, pues entiendo que tenga que pagar las consecuencias, civiles o penales. En el supuesto, no es tan complicado, ¿cierto?

Lo difícil ocurre cuando tu papá le paga al maestro para que podás pasar de clase, cuando tu mamá se pasa en rojo porque si no "va a llegar tarde a la reunión", cuando tu primo te dice que a cambio de un trabajito le tenés que dar a él parte del costo. En síntesis, si hacés las cosas indebidas deberías estar consciente y dispuesto a que se te cobre por tu error. Pero en Guatemala no pasa. Todos se saltan las leyes, viales, laborales, penales, lo que sea. A nadie le gusta cumplir una pena, y eso es comprensible, pero nos hemos acostumbrado a poner la cara larga, endurecer el cuello y levantarnos de hombros. No nos interesa, sabemos que hacemos las cosas indebidas y no estamos dispuestos a pagar por ello.

Ahí vemos a asesinos pavonearse por sus crímenes, vemos a un político que de endeudado pasó a accionista de bienes raíces viniendo en Panamá, a un presidente que se divorció para que su mujer pudiera ser candidata y ahora vemos a un payaso haciendo malabares para que hablen de él y pueda seguir haciendo campaña. Quizá esto sea normal dentro de la "clase" política. El verdadero problema es que no están dispuestos a asumir sus responsabilidades. Y es ahí donde debemos aterrizar conceptos.

Somos nosotros, desde pequeños, desde la escuela y la casa que nos acostumbramos a violar las leyes, a ser flexibles dependiendo de lo que pasa. Reflexionemos sobre nuestros propios actos, debemos cambiar, ser mejores, revolucionar nuestra vida. Solo así podremos salir adelante. Piense en sus hijos, piense en su familia y trate de cambiar. Yo lo intento todos los días. Sé que no es fácil, pero es imperativo hacerlo.

Por Güicho Godoy

Todos somos desalojados

Fotografía de Siglo 21
¿Puede cualquier evento extraordinario colapsar a la ciudad? ¿Puede que no podamos solucionar los
problemas sin tener que convertirlo en un debate ideológico? Parecen dos preguntas no relacionadas pero en Guatemala, todo tiene que ver. Y las novedades más recientes son un claro ejemplo de cómo NO funcionamos como sociedad. Veamos brevemente:

Resulta que algunas familias de personas "sin hogar", fueron y se instalaron a orillas del Periférico y bueno, el Gobierno decidió que esto estaba mal y fueron e intentaron desalojarlos. Ya llevan dos días intentándolo y para el resto de habitantes, cerca de dos millones de personas que trabajan, viven y viajan a la capital todos los días por TRABAJO han sufrido las consecuencias. Es una mancha más en el tigre, una peca más. ¿Cuántas historias como está? ¿Cuántas veces lo hemos vivido indiferentes?

Pues bien, cómo el Gobierno viene y decide desalojarlos si a su vista tiene la prueba de esta práctica hasta el cansancio. Personas con la razón (muy justificable) de no tener acceso a tierra vienen y se adueñan de un lugar y ahora son todas esas "colonias" alrededor del puente El Incienso. Pero aplica también para todos los alrededores de la ciudad. Por las familias sin acceso y marginados, claro que tienen justificación, pero no nos confundamos, no es lo mismo ni es igual.

Existe una mafia que desde hace años se dedica a organizar a la gente, y llevarlos al terrenos baldío designado. Ahí les cobran una cuota significativa, unos Q400 de entrada más cómodas cuotas para dejarlos estar. Si no pagan, los echan a palos y son verdaderos maleantes. Por estos aprovechados, vividores de conflictos, no tiene ninguna justificación humana.

¿Y qué hacen las autoridades? pues nada, disponen algo, luego piden permiso, luego hacen un show televisivo y por último no quedan bien con nadie. Es ya suficiente con la inoperancia histórica de no afrontar el problema. Nótese que no digo que sea bueno ni malo, considero que se han hecho los locos con el tema, el acceso a tierras y la falta de oportunidades para adquirir terrenos. Esto es cierto, en cierta proporción. También tiene que ver con lo poco que estamos dispuestos como sociedad, para trabajar por algo como una casa. Pero en fin, en este escenario, los afectados también somos los ciudadanos que sí tuvimos la oportunidad de nacer, crecer o ahorrar para comprar una casa.

Mucha tela qué cortar y el Gobierno vuelve a quedarse corto. Un poco de soluciones reales sería una buena sorpresa de vez en cuando. Continuará... al parecer, como el desalojo.

miércoles, 30 de julio de 2014

La intolerancia, desde abajo

Medios de "analistas" parcializados que critican a sus hermanos
Resulta que vivimos en un país, tan subdesarrollado, que el único campo laboral que parece expandirse y prometer grandes réditos para la carrera son los “analistas sociales”. Ahora los leemos en todos los medios digitales saber, conocer y condenar todo lo que sucede en Guatemala. Curioso además que varios de ellos radican en Canadá, Noruega y tantos otros países, aquello que el hueso del “analista” genera becas y los hace conocer el mundo. Por un lado, gritan premisas de derechos humanos, de igualdad, equidad, se saben todo aquello de la “legítima defensa de nuestros derechos” y son tolerantes con cualquier cátedra minoritaria.
 
Más curioso es que cuando uno los indaga dispuesto a dialogar y conocer más de su postura contestan con insultos, con falacias “ad hominem” y con descontextualización de cualquier hecho. Uno no puede generar un debate respetuoso sin que lo juzguen a uno de pertenecer al CACIF, de ser ladino, capitalino, hombre, que si se es familiar de algún militar y toda esa falta de coherencia en sus argumentos. ¿Acaso importa la iglesia, el credo o cómo suena mi apellido? Lo que debe importar es la realidad y la coherencia de nuestros actos. Pero si pedimos respeto para las minorías (quién es minoría en este país, piense)  por qué no empezamos por respetar a quien debate con nosotros, por qué no referirnos a los hechos, a las ideas y por qué no predicar con el ejemplo: el respeto a la opinión de los demás.

En fin, me causa curiosidad, especialmente en estos académicos a distancia, que detrás de su computadora creen componer el mundo, especialmente Guatemala, con su sola inteligencia. Pero hay más, resulta que se dan el lujo de criticar a la mayoría de guatemaltecos que quiere prosperar, que trabaja, que día con día se esfuerza con salir adelante. Y ahí sí, me perdieron, puedo ser tolerante con lo que quieran, pero no con que se burlen o juzguen a sus hermanos, a quienes hacen mucho más que ellos pese a no recibir sus ganancias, especialmente en Euros.

Resulta ahora que querer tener una casa es malo, es el cochino “sueño americano”. Resulta que tener una carrera, poner un tu negocio, querer tener un carro nuevo o cualquier lujo es ser “aspiracional”, y peor aún, es ser mediocre y malo.

Pero a ellos, a estos activistas que solo son indigenistas cuando vienen los Euros, que solo son feministas cuando pasan la tarifa, sí que los ve en autos del año, de “gira” en Europa vendiendo sus proyectos de igualdad, no digamos lo que compran o los que se instalan ya de plano en otro país, a vivir de criticar a distancia.

No digo que las familias pudientes de Guate sean un ejemplo de justicia e igualdad, pero pretender cambiar esa realidad practicando iguales errores y discriminaciones me parece ridículo. Aprendamos a respetar los derechos de nuestros iguales, se supone que eso predican. Sobre todo porque, al final, somos estos guatemaltecos aspiracionales los que en verdad estamos trabajando. El campesino no trabaja solo para comer, trabaja para tener una mejor realidad para sus hijos. De cuándo a acá va a venir un tipejo con ínfulas de analista a criticar a todos los que trabajan honestamente en la profesión u oficio que sea.
Con el perdón de, pero si esa es la tolerancia que predican, prefiero pasar. No permitamos esta intolerancia, que se resume a esnobismo del más básico, mediocre e hipócrita. Al que le quede el guante…

Por Güicho Godoy                                                        


Nuestra bella gente

Usted es Guatemala. Que no le digan lo contrario
Cuando abrí este blog pensé en invitar a la gente y moverla hacia pensamientos y acciones positivas a favor
del país. Gracias a mis viajes, a mi familia y a mis estudios he podido comprender la realidad de la nación, indignarme con su dolor y fascinarme con su belleza. Por eso nació “Rumbo Positivo”, convencido que la gente buena, honesta y trabajadora puede mucho más que la mediocridad. Sin embargo, en las últimas semanas y en general desde que las redes sociales se han dinamizado en el país, lo que leo es resentimiento, manipulación y aprovechamiento. Y eso me ha hecho enfocarme en criticar a los malos chapines, en señalarlos y enfrontarlos, muy lejos de lo que deseaba.

Pero es necesario. Es tan fácil criticar y se ha puesto tan de moda, que es común ver a algunos “influenciadores” despotricar contra el gobierno, contra el CACIF pero luego se meten con la clase media, con los empresarios emergentes y con todos quienes aspiramos a ganar un poco mejor a través de nuestra creatividad. Para estos mediocres, aspirar a tener una mejor calidad de vida es “venderse”, cosa curiosa que ellos no “se venden” cuando vienen las donaciones de Noruega, Canadá y otros países para mantener sus organizaciones de derechos humanos. No me extenderé al respecto, quiero mantener este post positivo.

Volteemos a ver a nuestro alrededor, mire a sus compañeros de trabajo, mire a toda esa gente que está trabajando justo en este momento, piense en los basureros, en la maravilla de su buen humor y su alegría al madrugar para ir a recoger su basura. Piense en el campesino, a quien le debemos de verdad nuestra comida, cómo suda bajo el sol para hacer la tierra producir. No se olvide inclusive del maestro que tiene que caminar a pie decenas de kilómetros para enseñarles a niños allá muy lejos en las montañas. Esos son los verdaderos guatemaltecos, los que luchan, se esfuerzan y tratan de salir adelante con todo y los asaltantes, las maras, los narcos, las extorsiones. Con todo y los Gobiernos mediocres que hemos tenido. Pero ahora hay que sumar a los “activistas” como los máximos enemigos de la misma gente. Ellos son los que llevan la violencia del Gobierno, al atacar oficinas, quemar instalaciones, secuestrar gente o asesinar empleados porque para ellos están “defendiendo sus derechos”. Disculpen de nuevo, pero esos que razonan así son malos guatemaltecos que no les importa la paz ni el beneficio de sus hermanos y sí les importa destruir para su propio beneficio.

Somos mejores que ellos, somos mejores chapines. Y se los vamos a demostrar con hechos, con trabajo, con producción, con aspiración y con esperanza. Aunque quieran trocearnos, no van a poder, aunque pongan mil trabas no van a poder. Este país ya habría tronado con todo lo nefasto que hay, si no fuera por usted, por su papá, su mamá y sus hermanos y hermanas que siguen trabajando y no se dejaron vencer.
En Guate Sí podemos. ¿Usted está conmigo?
                                                                      

Por Güicho Godoy

jueves, 24 de julio de 2014

Nos queman el trabajo

Destruimos nuestro empleo y nuestros servicios. Foto de Prensa Libre

El momento actual puede ser tomado como cualquier cosa, quizá la mayoría no le preste atención a los síntomas que nos siguen rodeando y que de no detener a tiempo nos llevará a la anarquía. Es momento de cerrar filas, dar el paso al frente y no tolerar más este caos en el que nos encontramos.

¿Qué tiene que suceder para que nos indignemos? De verdad, no hablo solo de postear pensamientos y frases bonitas sino de replantear nuestras percepciones del mundo. Y especialmente de Guatemala. ¿Cuántas veces tienen que quemar las oficinas, rodear las instalaciones, secuestrar trabajadores y un extenso etcétera para que condenemos estos hechos?

Me refiero a la noticia de la quema de instalaciones de Energuate en Tiquisate. La razón dada por los vecinos: el exceso en los cortes de energía. Muy interesante, como se va la luz a cada rato, la solución es destruir las instalaciones de quien presta el servicio. Es como si por los baches en las calles decidamos destruir la carretera. ¿Les suena lógico?

Pues hay más. Resulta que esta es la supuesta “lógica” que justifican algunos activistas de Powerpoint y si no estás de acuerdo, es porque estás alienado, porque te engaña el Gobierno o no sabés nada porque sos de la capital. Eso es lo que dicen, utilizando los mismos prejuicios de los que se hacen las víctimas.

Pero, el punto central aquí es que no le estamos dando la importancia necesaria. Mucho es porque tenemos la idea de que estos problemas nos son ajenos, no nos importan ni nos afectan. Pero hay que tener cuidado, la semana pasada usé el ejemplo del ataque armado a Minera SanRafael. No fue un asalto, no fue una manifestación popular, fue un ataque planificado, fue una acción de guerra (que no vengan a vendérselo de otra forma, un escuadrón con armas atacando por la noche y disparando contra el cuerpo de seguridad no tiene otro nombre). Pero como vemos, cada vez más frecuente el “malestar” se extiende y lleva a medidas extremas. ¿Qué les impedirá que mañana incendien la tienda de la esquina, el colegio del “extranjero” o el supermercado con tarifas altas? Lo que hoy dejamos pasar, mañana se convierte en regla. Y caemos en la anarquía.

Los invito a que reflexionen sobre nuestra tolerancia, sobre nuestras convicciones con respecto a los negocios y a la misma gente. Además de afectar sus mismos servicios, participar en el robo de energía y en el saqueo, están quemando sus propios trabajos, sus propios servicios y afectando a su propia gente. Estos son los grupos que hoy están manifestándose. Y estamos jugando un juego peligroso. Yo condeno, repudio y rechazo estas acciones. No estoy de acuerdo con celebrar la destrucción de ninguna empresa privada. Y los invito a que se informen y que no apoyen estas iniciativas. Necesitamos respaldar a las autoridades, pero también presionarlas, exigirles que accionen contra los responsables.

Nuestros hijos nos lo agradecerán. Seamos valientes, involucrémonos y no nos dejemos más.


Por Güicho Godoy

No es Baldizón, somos nosotros


El rechazo debe ser conciso y claro
Yo les digo una sola cosa: cuando vemos a estos monigotes disfrazados de políticos hacer todo tipo de payasadas con tal de figurar en las primeras planas de los periódicos y tratando de burlar la ley, no nos debe indignar que nos quieran ver la cara, debemos indignarnos porque son tan solo un reflejo de nuestra propia condición.

¿Usted llama a un cuate para colarse en la fila del banco? ¿Rebasa por la derecha o donde no hay vía para adelantarse en el tráfico? ¿Justifica que no paga impuestos porque todo se lo roban? Si respondió que sí, le tengo una noticia, no es Baldizón, somos nosotros. Él salió de nuestra sociedad, aprendió esas mismas mañas y hoy está en una posición privilegiada, con dinero, con influencias y satisfaciendo su ego mientras hablamos de él.

Pero no nos sorprendamos. Lo común, en cualquier nivel y en cualquier lugar es usar todas las artimañas posibles para aprovecharnos de la gente, para que nuestros hijos saquen mejores notas, para que nuestros hermanos o primos consigan buenos huesos, y cualquier influencia dentro de cualquier negocio es aprovechable. Cuesta no ser redundante, pero fíjese bien, no es Baldizón, somos nosotros.

Ahora bien, no estoy justificando a este ser nefasto, el payaso de turno. Estoy solo explicando, a manera de catarsis, que el fingido líder es solo un espejo de nuestra misma sociedad. Luego de este último descaro, lo de intentar renunciar a la Secretaría General del partido, vemos que sigue teniendo adeptos, por miles. Y eso se debe simple y llanamente a que el caballo ganador siempre tendrá más simpatías. Lo que nos debe preocupar es que Portillo, el del discurso confrontativo y que llamaba a los capitalinos “mulas”, ese ganó y sigue siendo líder; Sandrita hizo la misma desfachatez y sigue siendo candidata, de hecho su poder e influencia pusieron a Baldizón donde está ahora; qué decir de Serrano, el pastorcillo evangélico endeudado que hoy vive de sus rentas en Panamá y se da el lujo de tirar dinero en paleta para convencer a los ilusos actuales sobre sus mentiras.

Seamos coherentes, estamos mal,  y no podemos seguir tolerando estas irresponsabilidades. También todos los defectos de Pérez Molina y sus equivocaciones son reflejo de nuestra propia sociedad. Atentos a lo que nos dicen los políticos. Nos hablan más de nosotros mismos. Y eso sí, yo no quiero que Baldizón me lo recuerde los próximos seis años. Lo debemos vencer, desterrar, a él y a los defectos que nos revela de nuestra sociedad. ¿Lo intentamos?

lunes, 21 de julio de 2014

Manipulación del discurso 2.0

No me gusta referirme a otros países, a menos que sea para ilustrar la realidad de Guatemala y aplicar un cambio. Solo por ello me referiré al conflicto de Israel actual, pues es evidente que hay una agenda detrás de la divulgación del conflicto, estrategia que muchos usan en Guatemala para victimizarse y desviar la atención de lo importante. Hagamos también un ejercicio para que vean que no hablo solo por hablar.

¿Cuántas noticias, tuits o publicaciones ha encontrado en su timeline sobre el conflicto en Siria, Ucrania o Venezuela en los últimos dos meses? Compare usted cuánto ha leído sobre el conflicto de Gaza en los últimos dos días. Ya vio la diferencia, mientras los mismos activistas de siempre le repiten hasta el cansancio que los gringos dirigen la agenda pública y manipulan la información, usted vio quizá 40 o 50 noticias sobre Israel y apenas leyo más de algo sobre los otros conflictos. Y si analizamos cuántas notas leyó a favor de Israel (y por asociación prejuiciosa, a favor de los gringos) y cuántas en contra. Verdad que es muy difícil tragarse el cuento de que los EEUU dominan la opinión pública. Es más, se demuestra cómo los anti-derecha en general, se han vuelto en expertos en manipulación y manejo de la agenda pública.

Les dejo dos imágenes que han compartido amigos míos que conocen más de cerca el conflicto en Gaza:


Este para mí es el más espeluznante. Han leído todos esos artículos de cómo son pobres los palestinos y cómo sufren de precariedad para salir adelante. Gran parte del terrorismo se ha justificado a la condición de pobres. Y lo peor, han invertido impresionante cantidad de dinero en armamento para el simple hecho de atacar a Israel. ¿Tiene sentido? ¿Ha visto noticias así en CNN, BBC, Al Jazeera y demás cadenas internacionales? Obviamente no, pese a lo conveniente que sería para Estados Unidos e Israel. 


Hablemos ahora de Siria. ¿Quién podría localizar en un mapa a Siria? ¿Siquiera ha leído una sola nota al respecto en los últimos meses? Bueno, aquí están las cifras: 150,000 asesinatos, miles de refugiados y tantos crímenes más. ¿Ha visto alguna marcha, alguna protesta, aunque sea un comunicado de parte de las organizaciones de Derechos Humanos? ¿En qué se diferencia él a Ríos Montt con todo y las cifras infladas de muertes que no coinciden ni en los mismos informes? Ven, a eso me refiero. Hay una intriga evidente. Y acaso no le conviene a Estados Unidos deponer a este dictador.

Podríamos decir lo mismo de Irán, o de Ucrania, o de Venezuela y seguir. Pero bueno, el punto es no extenderme con conflictos ajenos a Guatemala. Se los dejo a su reflexión, vean cómo se venden los conflictos y cómo se vende solo una parte de la historia. No seamos tan ingenuos y no dejemos con el nuevo argumento del oprimido eternamente. Les dejo por último un artículo muy interesante, de cómo los palestinos de Hamas no están recibiendo respaldo ni apoyo del resto del mundo árabe. Nos ejemplifica muy bien la situación. Reflexionemos al respecto, respetemos Guate, y no nos dejemos manipular. No digo que todo lo a favor de Israel sea cierto, solo digo que veamos cómo se manipula la información en nuestras narices. Y al final se convierte en un caudal ideológico.

http://www.clarionproject.org/analysis/arab-world-holds-hamas-responsible-latest-conflict

Por Güicho Godoy

Analizando el discurso antiminería

Fotografía de Prensa Libre de Mataquescuintla
Me ha llamado mucho la atención cómo nuestros activistas de escritorio, o "indignados de PowerPoint",
como los llama el economista español Daniel Lacalle, se manejan con base en modas o tendencias para criticar y hacer propaganda CONTRA diferentes situaciones. Lo destaco en mayúsculas porque es muy difícil que vengan propuestas o iniciativas, casi siempre su discurso es antagonista y de protesta, pero muy poco de propuesta. Y luego, después de varios días por fin me decidí a ponerme al día con mis publicaciones. Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre el discurso antiminero en Guatemala. ¿Se enteraron la semana pasada del pago de regalías que hizo una minera al Estado? ¿Cuántas reacciones encontró, escuchó o leyó en redes sociales? Bueno, esto despertó mi curiosidad y aquí van mis reflexiones al respecto:

"El agua vale más que el oro"

El primer argumento, y difícilmente alguien va a opinar lo contrario. Es evidente que sin oro podemos vivir, sin agua no. El problema radica en que es más discurso que realidad. Cuando vemos los casos en Guatemala y las reacciones de las "comunidades", vemos que poco tiene que ver con el cuidado del agua. Activistas u organizaciones como CALAS no las ve alegando por la contaminación en la cuenca del Lago de Atitlán, ni por la contaminación de ríos y la falta de regulaciones, de las mismas municipalidades que luego reclama el "cierre de las minas". Ya sé que el argumento a su favor, dicen cosas escandalosas como que una mina consume más de 220 litros de agua por onza de oro o cosas por el estilo. Lo que no te dicen, es que eso es una medida dinámica, es una medición de agua de río, que proporciona un volumen y una velocidad, no el consumo real. Cuando ves que las minas reciclan más del 90% del agua que utilizan, te das cuenta, de nuevo, que es una falacia.

¿No me creen? Vean este video y me cuentan. Minuto 3:40


"Es que se llevan el oro y nos dejan migajas"

¿Vio la noticia que le conté? La encuentra aquí. Vea que ahí sí no dijeron nada nuestros famosos activistas. ¿Qué tal si las mismas familias se convierten en accionistas y reciben cheques directamente? Ahí sí les desbarataron el argumento. La semana pasada entregaron Q1.5 millones a más de 200 famiias que vendieron su propiedad para beneficiar a la mina. Además, la municipalidad del lugar, San Rafael Las Flores, recibió Q5 millones en enero y recibirán cerca de Q10 millones más en agosto. Todo lo que se puede hacer desde el Estado y cuánto más pueden hacer las mismas familias al recibir ellos directamente el dinero. Con eso garantizamos que el dinero se invierte en lo que la familia quiere. Eso es reducir la corrupción. Perdón, pero así es. Entonces, tenemos dos opciones, o sentarnos sobre montañas de oro que no podemos aprovechar o las convertimos en ganancias que las mismas comunidades pueden aprovechar.


"Es que deberían pagar lo justo"

Ahí es donde damos en el clavo. Cuando platicás con los activistas, al final siempre salen con que podrían aceptarlo, si pagaran lo justo o si el Estado pone su propia mina. Vemos que el agua, que la tierra, que la conflictividad son una excusa para el punto final: el dinero. Si pagan más por lo que extraen, entonces sí estarían conformes. Y ahí es donde se comprueba que de la noche a la mañana surjan instituciones, organizaciones "no lucrativas", operadas con fondos de países "desarrollados" que se preocupan por los "pobres, indefensos, oprimidos" de Guatemala. Y vaya desfachatez. Imagínense, hay organizaciones canadienses y noruegas financiando esta oposición. Y lo chistoso es que ambos países son los mayores beneficiados de las minas a nivel mundial. ¿Qué intriga e interés hay detrás?

Lo dejo a su criterio, pues en realidad he planteado más preguntas que respuestas. ¿Cómo hay grupos que se pueden organizar para atacar de noche con armas una mina?  ¿Cómo pueden secuestrar gente o atacar de manera simultánea diferentes minas? ¿Qué tal el robo de dinamita y explosivos por parte de las comunidades? ¿Esa capacidad de organización sí la tienen para destruir y no para construir? Pregunto, y no tengo la respuesta. Estos son los ciudadanos guatemaltecos que hemos forjado, ahí se van los fondos de las donaciones para los "pacíficos" activistas sociales.

Me encantaría que generáramos un debate, y si usted está de acuerdo conmigo, comparta este material con sus amigos. Creo que es positivo que todos contemos con la información necesaria para generar opinión propia, y no falacias, como las que hemos acostumbrado.

Güicho Godoy


miércoles, 2 de julio de 2014

Por aquello de los "Clasemedieros"

Frase acuñada por los columnistas de Plaza Pública y otros panfletos digitales, de esos que solo se hacen eco entre sí. Y al final, algunos, como buena masa, lo comienza a usar en la pretensión y espejismo de oírse intelectuales al utilizarlo. ¿Qué determinan? ¿Qué delimitan? ¿Qué están clasificando? Sencillo, una burda palabra para encasillar a todos los que no les creemos sus aires de reflexivos, de ecuánimes, de "analistas". Pero seamos nosotros, como sociedad, como ciudadanos responsables, atentos y no dejemos que nuestra dignidad se amenace. Nadie va a encasillarnos.

Primero, ser "Clasemediero" según ellos, tiene que ver con una posición social aspiracional (y lo dicen con desdén, como si ellos no aspiraran también a tener una mejor vida). Lo importante aquí es que utilizan estos términos mientras ellos viven como asalariados detrás de un escritorio, leyendo, analizando y disparando a diestra y siniestra como si gozaran de algún privilegio para hacerlo. Y la pregunta aquí es: ¿Ellos no pertenecen a la Clase Media guatemalteca que tiene que pagar impuestos, que sostiene la economía del país con su trabajo y su intermediación? ¿Acaso no la mayoría de ellos fueron a una Universidad, tienen una casa con una hipoteca a 20 años y sacan su auto a 5 años plazo? Si eso no es ser de Clase media, disculpen, no sé lo que es y juzgarnos así entre nosotros, es ilógico e irracional.

Segundo, ser "Clasemediero" es además malo. ¿Por qué? en su cabecita somos malos porque somos "nosotros" quienes pusimos al presidente de turno. Venga usted a reírse de su grave error como "analistas" que son. Resulta que la mayoría de la población no es de Clase Media, resulta que los capitalinos no somos mayoría bajo ningún término, pero al final nosotros somos los culpables de todo. Salieron buenos. Que no queden sus falsos líderes es problema de ellos. Que no les den huesos en el Gobierno de turno es preocupación de ellos, no de nosotros, gente que solo quiere vivir en paz, que lo dejen ir a su chance, a su microempresa, que tratamos que no nos sabotee el mismo sistema. Como para todavía aguantar a otros aspiracionales, pero que aspiran a tener su labor de escritorio como "analistas", una bonita palabra para evidenciar que no saben hacer nada. Y aclaro, eso no tiene nada que ver con nosotros como sociedad, tiene más que ver con sus propias aspiraciones y errores.

Tercero, pues resulta que el "Clasemediero" promedio es tonto. Según ellos, somos gente irreflexiva que no piensa, que vive engañada por los medios (claro, no los que ellos usan) y por la "élite". Y digo yo, creerán que quienes intentamos salir adelante en Guatemala, pagar la educación de nuestros hijos, luchar por darle una vida digna y todo, de verdad creen que somos ignorantes. Resulta que al final sí, solo a ellos les conviene ser reflexivos, analizar desde su escritorio mientras reciben sus flamantes salarios provenientes de organizaciones europeas pro derechos humanos. Ahora bien, me estoy excediendo. Es cierto, no me consta eso pero lo esperaría, porque no sería ético que estuvieran despotricando todo el día en Twitter mientras su empleador cree que hace su trabajo.

Se las dejo picando. ¿Qué piensan ustedes? ¿Nos dejamos etiquetar o les plantamos cara y pedimos dignidad para la clase social que mantiene a este país? ¿Ustedes qué dicen?

martes, 1 de julio de 2014

Delincuentes hasta que los encarcelan

¿Qué más se necesita para hacer Justicia?
Nos encontramos en la disyuntiva más marrullera de la actualidad. Resulta que si no me gusta algo
perfectamente legal, como pagar la energía eléctrica a los autorizados por el Estado, puedo coaccionar a la gente, obligarlos a cancelar su conexión y luego "persuadir" al vecino para que adquiera mi servicio. No tengo ningún respaldo legal, literalmente me robo la energía y la comercializo a mi conveniencia. Y bueno, pues lo normal, me capturan por todos los anteriores delitos y feliz remedio, me encarcelan y ya no soy delincuente me convierto en un mártir, una víctima más de este Estado "represivo, militar, de ultraderecha recalcitrante". Ven cómo tenemos construido el papel, el guión de la actuación más despreciable de nuestra realidad actual. Y por si fuera poco, tenemos fuerzas políticas y dichosos "activistas sociales" participando de marchas y protestas para demandar mi liberación.

Así que con el espectáculo montado, tenemos unas autoridades tan miopes y cortoplacistas, que prefieren dejar pasar a aplicar todo el peso de la ley. Este es el momento, no hay que dejar pasar esta oportunidad y sentar un precedente. Aquel que viole la ley, que cometa tantos delitos en nombre del "pueblo" debe recibir un castigo severo, y no deben permitir que esto continúe. Ni secuestros, ni retención de personal, ni protestas, ni bloqueos. Guatemala ya no debe permitir este juego perverso. Existen pruebas suficientes. Sabemos que no hay argumentos a favor de estos delincuentes.

Y peor aun, argumentan "defensa de la naturaleza". Quizá no se han enterado que las hidroeléctricas  son los proyectos que menos amenazan al ambiente. Sabemos que es una excusa burda. Sabemos que no les interesa reclamarle a los verdaderos responsables, los alcaldes que les cobran descaradamente. Pero prefieren hacerlo un debate político, prefieren manipular a los geniales activistas, que caen en la trampa y son utilizados.




Es momento de comenzar a reclamar, de hacerle ver al Estado cuál es su función y que existe verdadera "Mano Dura" con todo delincuente. Deducir responsabilidades, como el dichoso Pascual y todo su séquito y también con acabar con la manipulación de parte de las municipalidades. No debemos permitir esto un minuto más. No podemos. #EnGuateSíSePuede

Por Güicho Godoy

Energía es más que luz

La energía eléctrica es necesaria para nuestras vidas, para el desarrollo del país y debe de tener una red fuerte para que nos llegue a todo...