viernes, 12 de septiembre de 2014

Ejerzamos la ciudadanía

Muchas veces solo alegamos que nuestro sistema no nos protege ni nos respalda, pero en gran parte
se debe a nuestra pasividad y falta de acción. Ejercer ciudadanía es cumplir con nuestras responsabilidades, no es, como piensan algunos, simplemente ir a votar o pagar impuestos. Eso es apenas un mínimo. Pero hay una acción en la cual la mayoría nos quedamos rezagados y nos afecta mucho más, a la larga: no tenemos cultura de denuncia.

Imaginen esto: un primo fue a parar a una cárcel "preventiva" por un caso que no tenía que ver con él. Lo recuerdo muy bien, mi tía se preocupó muchísimo y su esposo a altas horas de la noche salió hacia no sé qué lugar. Cuando regresó ya traía un mejor semblante, "logré que lo trasladaran a un lugar seguro, lo van a cuidar". No hablo de conectes o de alguien influyente. Simplemente un ciudadano común. Mi punto es que la gente sabe y conoce con quién hablar para que las cosas funcionen dentro de presidios. La gente sabe, y no lo denuncia.

Pasa lo mismo con los puestos de drogas y los reductos de pandilleros en varias zonas de la capital. Los vecinos conocen los horarios, las entregas, quiénes son, dónde viven y qué hacen exactamente. No hay que ser clarividente, simplemente se sabe. Sin embargo, por miedo y por muchísima indiferencia, dejamos que pase, no denunciamos y al final pagamos siempre la moneda cara pues eventualmente estos pandilleros terminar pidiendo extorsión, quizá no a nosotros, pero sí a las tiendas donde compramos, o a las empresas donde trabajamos. Eventualmente, nuestra irresponsabilidad ciudadana nos golpea siempre.

Podría seguir. Platicar con un empresario cualquier y que de repente fue subcontratado por una dependencia estatal, la que sea, y lo primer condición que le ponen es que el 30 % del trabajo se debe dar en "comisión" a quien lo contactó. Es tan frecuente como el almuerzo solidario o los bloqueos en las calles. Sucede literalmente todos los días. Pero ¿Qué pasa? pues nada, simplemente no denunciamos y las obras públicas cuestan el doble o el triple debido a que los dejamos operar.

Existen actualmente medios de denuncias anónimas, existen procesos que se investigan por las pistas que la gente deja en redes sociales y hemos visto que ya hay casos que han prosperado aprovechando Twitter o Facebook. Tenemos muchas más ventajas y accesos hoy, como para que sigamos cultivando esta cultura del silencio.

Hoy que estamos en fechas cívicas, patrióticas y demás, seamos coherentes. La ciudadanía y el patriotismo nos piden denunciar, hacer públicas las injusticias. Usted y yo nos beneficiaremos si somos valientes y cumplimos con nuestras responsabilidades: ¡Denunciemos!

En próximas entradas seguiré hablando de este tema, que creo muy importante para abordar.

Por Güicho G.

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