La entrega de los Grammys 2017 ofreció algo que hace años habría
parecido imposible: una colaboración entre la legendaria banda de thrash metal
y la reina camaleónica Lady Gaga. Los resultados levantaron roncha.
En una velada tan suntuosa como nos tienen acostumbrados, la 59 edición
de los premios Grammy volvió a dar de qué hablar.
Aparte de la controversial presentación de una Beyoncé embarazada de
mellizos y los premios otorgados a la cantante Adele, que se llevó los premios
a Mejor Album Pop y Mejor Canción, y el premio póstumo a David Bowie, el plato
fuerte fue la presentación de Metallica con Lady Gaga, que acaparó la atención
en las redes sociales.
Aparentemente incompatibles, Metallica y Lady Gaga hicieron click en el
escenario. Foto:
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La mayoría de las reacciones fueron viscerales: los
fundamentalistas musicales calificaron la colaboración como una total
blasfemia; otros señalaron que la presentadora le faltó el respeto a Metallica
por no mencionar su nombre y gritar el de Lady Gaga, varios afirmaron que el
fallo del micrófono del vocalista James Hetfield fue una calculada estrategia
de marketing, y algunos defendieron la presentación y le restaron importancia a
la indignación generalizada.
Lo que sí lució un poco forzado fue la coreografía: se notaba que los
bailarines no sabían cómo actuar en una canción de thrash metal, pero por lo
demás, funcionó bastante bien.
Sea como sea, la entrega de premios Grammy siempre es un espectáculo
digno de ver desde la alfombra roja, las entrevistas, el cotilleo y las
presentaciones en vivo.
Pero, ante todo, es una manera de impulsar la industria
musical, tan golpeada por las descargas de internet y la piratería. Su
principal objetivo, al parecer, es promover el gusto del público por las
presentaciones en vivo.
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