El autogolpe de Estado llevado a cabo por el presidente electo Jorge Serrano Elías, cumple 24 años. Recordemos sus nefastas intenciones y cómo hasta la fecha sigue impune viviendo en el exilio.
Los guatemaltecos despertaron al ritmo de marimbas que transmitían las emisoras nacionales y la voz de Serrano Elías era clara: no habían garantías constitucionales, porque acababa de disolver el Congreso de la República y la Corte de Constitucionalidad.
La razón, falta de gobernabilidad producto de “entrampamiento judicial” y que el gobierno se le estaba yendo de las manos al no tener capacidad de acción. Serrano Elías culpó de esto a empresarios y militares.
Excusas que nadie en el país creyó y la población, medios de comunicación y comunidad internacional, nos pronunciamos en contra. El resultado fue el fiasco total de su gobierno y el triunfo de la democracia.
El papel de la Corte de Constitucionalidad
En ese entonces, Epanimodas González Dubón presidía la Corte de Constitucionalidad, y declaró como ilegítimas las disposiciones de las denominadas Normas Temporales de Gobierno. Nuestra Corte jugó un papel de primer nivel en defensa del Orden Jurídico, invalidando la usurpación.
La CC de esos años fue aguerrida, defendió la constitucionalidad a capa y espada y no se dejó intimidar por este aprendiz de dictador. Todo lo contrario de lo que sucede con la Corte de Constitucionalidad de 2017: aguada, corrupta y servil a la impunidad.
Si la CC de ese entonces, hubiera sido igual a esta, posiblemente otra historia tendríamos ahora con un dictador y sistema colapsado (más) de lo que tenemos en estos días.
Citando la columna de opinión en Prensa Libre de Alejandro Balsells Conde, “Estamos seguros de que la construcción del Estado de Derecho es cuesta arriba y muchos le apuestan a la institucionalidad débil e inoperante, para salir de aquel momento de crisis política se hizo una reforma constitucional que destruyó, en una buena parte, al sistema de justicia. La pregunta del millón: ¿Queremos seguir igual?”
Los tiempos modernos no están para regresar a la barbarie de los tiranos y sus aprendices, es necesario que como guatemaltecos cuidemos la democracia y las condiciones que nos hacen ser un país libre.
Es necesario recordar los errores del pasado, para cuidar nuestra libertades (de expresión, de libre empresa y demás) y encaminarnos hacia un futuro lleno de oportunidades como una Guatemala en que reine la soberanía.
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