Cuando pensamos en el año que terminó vemos que, al menos en
Guatemala, tenemos varios días para la conmemoración de eventos importantes en
nuestra historia. Como una mala costumbre esperamos estas fechas más por el
asueto que significa que por lo que realmente representan.
Pues bien, y con todo el ánimo para cambiar, el 2017 es una
nueva oportunidad para que de verdad celebremos algunas de estas fechas o
fiestas, no por el “feriado” sino por el hecho de que somos afortunados en
muchos sentidos, aunque a veces no lo parezca.
Celebremos el día del trabajo por el hecho de poder hacer
algo con nuestros talentos, de tener la bendición de proveer para nuestras
familias y la seguridad que este ofrece. El desempleo y la falta de
oportunidades han sido de las principales causas para que muchos guatemaltecos busquen
en otros países mejoras o al menos la ocasión de explotar capacidades que son
aplaudidas en otros lados.
Celebremos la paz, pero la que construimos desde nuestros
hogares y compartimos con otras personas. La paz no la hacen las autoridades,
la da el hecho de ser buenos ciudadanos, de construir sociedad y ciudadanía, de
procurar cambios y transitar siempre con rumbo positivo. La paz no solo trata
de deponer armas también se logra con el esfuerzo que hacemos a diario para
salir adelante.
Celebremos una revolución para salir de pensamientos conformistas
que solo sirven para frenar nuestro crecimiento y el del país. No es señalando
y acusando como lograremos avanzar, la búsqueda de la justicia y la solidaridad
con nuestros semejantes nos hará avanzar, no hay de otra. Nos debemos ver todos
como guatemaltecos y como tal aprovechar las oportunidades de crecimiento
colectivo.
Celebremos la independencia de poder lograr nuestras metas
pues solo con nuestro esfuerzo y trabajo diario podremos aportar a nuestro
bienestar y, tal vez, de muchas otras personas. De poder forjar un camino y
seguirlo, claro está, siempre apegado a las normas sociales.
Recordemos que así como tenemos derechos también tenemos
obligaciones y nuestra obligación es el engrandecimiento de nuestro país,
nuestra sociedad y de nuestra familia. En resumidas cuentas, solo nuestro
trabajo y esfuerzo nos dará la paz e independencia para revolucionar nuestro
pensamiento, de salir del letargo idealista en busca del bien para todos, esa
debe ser nuestra meta para 2017.
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