Con todo lo acontecido en la última década en Guatemala, realmente creo que ya
deberíamos estar acostumbrados a las decepciones, pero creo que aún nos gana
la esperanza por un cambio y por mejorar las cosas. Con cero confianza en el
gobierno, seguridad y otros entes la ilusión se fija en las causas sociales, a través de organizaciones no gubernamentales con distintos fines, entre otros, los medio ambientales.
Desilusionante fue hoy leer un artículo de José Daniel
Rodríguez, en República.GT sobre el actuar de un destacado activista, como lo es Rafael Maldonado, de CALAS, organización de defensa del medio ambiente, en la cual se menciona que utilizó fondos de la cooperación alemana aparentemente destinados para desarrollo de proyectos, que en todo caso fueron aprovechados para su beneficio particular,
en sí la compra de dos casas en un sector exclusivo en Escuintla.
Lo preocupante es que según el autor, no se trata de una
conjetura sino de una afirmación del aludido, incluso la misma titula la nota. A Rafael Maldonado no le conozco
personalmente pero creo que una acusación de este tipo merece una explicación
pública, no solo para sus cooperantes, sino para quienes aparentemente va dirigido el beneficio, así con el mismo entusiasmo que tienen sus conferencias contra varias industrias y actividades económicas que supuestamente afectan a las poblaciones y su entorno.
Si se comprueba lo mal actuado, pues serán los países cooperantes
quienes deben decidir qué pasa con los fondos mal utilizados, así como también se esperarían acciones legales y amonestaciones éticas en contra de él. Además de esperar que esto
no afecte a otros beneficiados que sí destinan los fondos recolectados al bien común.
Aquí la cosa no es
acusar pues como dicen, todos tienen el santo derecho a defenderse, entonces
eso es lo que esperamos. Saquen sus propias conclusiones. Hasta la próxima
y a mantener el Rumbo Positivo.
¿vos que opinás?
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