lunes, 28 de agosto de 2017

NUESTRO POBRE ESTADO DE DERECHO AFECTA LA INVERSIÓN

Un país con poca seguridad, instituciones con baja credibilidad y un débil Estado de Derecho desestimulan la inversión extranjera. El resultado es una economía a la baja, lo cual nos afecta a todos.



En un Estado de Derecho, el poder y actividad están regulados y garantizados por la ley. Por ende, nadie está exento de cumplirla. Ello contribuye a estimular la confianza de la población al momento en que necesite denunciar delitos.

Un Estado de Derecho sólido es el tercer factor más importante en la toma de decisión sobre dónde invertir, seguido de la existencia de un entorno político estable: la ausencia de corrupción –tanto pública y privada- es el factor principal, según el Informe de Riesgo y Retorno.

Adecuándolo a lo que ha sucedido los últimos días en Guatemala, es responsabilidad del Presidente de la República velar por la estabilidad del país y garantizar el Estado de Derecho. Si el mandatario se dedica a entorpecer el trabajo de instituciones con credibilidad nacional e internacional como la CICIG, lo único que logra es polarizar a la población y desestabilizar el sistema. Y peor aún: desencadena una serie de eventos con graves consecuencias para el futuro del país. 

Cuando el ambiente de inseguridad prevalece, las personas y empresas deben incurrir en gastos adicionales para evitar ser víctimas del delito, común, o tan organizado que alcance niveles institucionales. El resultado directo es el cierre de empresas, caída en la inversión y pérdida de la competitividad, lo que genera mayor desempleo.

La labor del Estado es reforzar la legalidad. Al mismo tiempo, combatir la delincuencia y la corrupción, fortalecer la inversión productiva y la creación de nuevos empleos. De lo contrario, se obstaculiza el crecimiento económico y se contribuye al aumento de la pobreza.

Pero no todo debe quedar en manos de las entidades estatales. Nuestro deber como ciudadanos es acompañar estos procesos para denunciar y proponer. Lograr un Estado de Derecho no es solo una labor política: es un deber de todos los guatemaltecos.


martes, 22 de agosto de 2017

LAS CONSULTAS PARALELAS NO SON LA SOLUCIÓN

A raíz del conflicto en torno a los proyectos hidroeléctricos Oxec I y II, la CC dictaminó que el Ministerio de Energía y Minas realice una consulta a las comunidades indígenas. Ahora resulta que las comunidades están planificando una consulta paralela, pero eso no es lo correcto. Hay que hacer las cosas conforme a la ley o después no habrá derecho a protestar.



Uno de los principales argumentos de las organizaciones que se oponen a los proyectos hidroeléctricos es que estos son instalados sin consultar previamente a los pueblos indígenas de la región, según establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Entonces, como respuesta a los problemas que se han producido en torno a los proyectos hidroeléctricos Oxec I y II, en Alta Verapaz, la Corte de Constitucionalidad (CC) dictaminó que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) debe realizar la consulta a los pueblos indígenas en 11 comunidades cercanas a las hidroeléctricas.
Según expresaron los magistrados de la CC, el proceso de consulta debe ser un diálogo de buena fe entre el Estado (representado por el MEM), las comunidades y los propietarios de los proyectos.

Sin embargo, ahora resulta que en el municipio de Santa María Cahabón se está gestando una consulta paralela que se realizará el domingo 27 de agosto.

Esta otra consulta no solamente es ilegítima porque no cumple con lo que establecen el Convenio 169 y la sentencia de la CC, sino que pone en peligro todo el proceso de la consulta que debe realizar el MEM. El resultado sería una ola de desinformación, más conflicto social y posibles disturbios que no traerían nada bueno para nadie.
No equivoquemos el camino, señores: si hablamos de respetar la ley, respetémosla en su totalidad. Si protestamos porque las cosas no se hacen como es debido, entonces demos el ejemplo de la buena fe que decimos tener y sigamos al pie de la letra lo que dictan las instituciones. De lo contrario vamos a seguir como siempre, cada quien jalando por su lado y jamás llegando a nada concreto.

Aquí no se trata de hacer nuestra propia fiesta porque no nos gusta la fiesta oficial. Si queremos que el país prospere, debemos dialogar como gente adulta y no hacer berrinche ni poner en riesgo los debidos procesos legales.

Creo que es necesario que pongamos en perspectiva la visión de país que debemos tener: progreso y diálogo, o atraso y conflicto. Sería idóneo que las autoridades informen bien a la población donde ser llevarán a cabo estas consultas para que no caigan en desinformación.

Hay que evitar a toda costa de desmotivar a los pueblos en los procesos legales que servirán para el desarrollo de la misma comunidad. Hagamos bien las cosas. O suframos las consecuencias. El imperio de la Ley y el Estado de Derecho, debe ser el faro que nos guíe hacia una visión de país incluyente, pluricultural y con ganas de desarrollarse siempre.

martes, 8 de agosto de 2017

SINIBALDI, EL MARERO DE CUELLO BLANCO

La extorsión es un mal que se ha enquistado en nuestro país desde hace décadas y es indispensable acabar con esa cultura de corrupción que nos está empujando al abismo.



La corrupción-extorsión se da a todo nivel en Guatemala, pero los ciudadanos de a pie tendemos a ver nada más lo más cercano: las extorsiones de los mareros a negocios, tiendas y transportistas. El efecto directo de este tipo de extorsión es la inseguridad y la desmotivación a crear nuevas micro empresas, por miedo a los delincuentes.

Sin embargo, existe una modalidad de extorsión que es a mayor nivel y que afecta en gran escala al país: la extorsión realizada por funcionarios del Estado que, aprovechándose de sus puestos, extorsionan a las empresas que le prestan servicios al Estado.

Este tipo de extorsionadores, de los cuales pareciera que Alejandro Sinibaldi es el rey, no solo llenan sus bolsillos de manera ilícita sino que afectan la calidad de vida de millones de personas en el país. 

Veamos: como Ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi extorsionó a numerosas empresas constructoras, a las que les exigía un 30% de comisión para otorgarles obras. Pero la cosa no paraba ahí. Digamos que la operación ofrecida valía Q100 millones. Menos los Q30 millones de comisión, a la empresa le quedarían Q70. Pero eso solo en teoría: de esos Q70 millones había que restar otros porcentajes para pagar todo tipo de comisiones.
Encima, Sinibaldi exigía 5% de comisión sobre cada pago efectuado a las empresas y aparte de ello las obligaba a realizar “donaciones” monetarias que se utilizaban para atacar a sus enemigos políticos. ¿Cómo creen que sacaron del ruedo político a Baldizón?

¿Por qué cedemos a las extorsiones?

El principal elemento que nos hace pagar un chantaje o extorsión es el miedo. A nivel personal, miedo por nuestra integridad física y la de nuestros seres queridos.

A nivel civil,  nos da miedo que la SAT nos multe e incluso nos envíe a la cárcel. También tenemos miedo a que el IGSS no nos atienda cuando seamos personas de la tercera edad.
A nivel empresarial, el miedo es a quedar fuera de “la jugada”, miedo a que el Estado no pague las deudas atrasadas por servicios prestados y, por consiguiente, miedo a la quiebra.
La corrupción-extorsión viene desde arriba hacia abajo y nos afecta a todos en nuestro día a día. Como los funcionarios estatales roban a gran escala, el Estado merma sus recursos y el dinero no llega a donde tiene que llegar.

Las consecuencias de ello las pagamos todos: si visitamos un centro de salud no hay medicinas porque las altas esferas del ministerio de Salud se encargaron de esquilmar los recursos por medio de compras fraudulentas y plazas fantasmas.
Los niños tienen que estudiar, sin refacción escolar, en escuelas sin escritorios y con ventanas y techos en pedazos.

Las personas de la tercera edad hacen cola durante horas en el IGSS solo para que les digan que no hay medicina y que regresen otro día; en el Hospital General San Juan de Dios, aparte de que no hay medicinas, los recién nacidos son colocados en cajas de cartón y corren el riesgo de enfermarse gravemente porque hay plaga de pulgas en la sección de maternidad.

Si hablamos de carreteras, en todo el territorio nacional corremos el riesgo de sufrir un accidente o de perder una llanta porque el asfalto (cuando lo hay) tiene más agujeros que un panal. En todo el país hay puentes de duroport que no duran ni lo de un período presidencial porque se caen al primer aguacero. Ah, pero eso sí, están valorados como si fueran construcciones del Primer Mundo.

En cuanto al transporte público, los usuarios tienen que arriesgar la vida utilizando camionetas que parecen chatarra y se arriesgan a ser asaltados y asesinados en cualquier momento. Nos quejamos de que los pilotos son maleducados y patanes, pero la culpa es de los altos funcionarios que se han robado el dinero dedicado a Educación. Y como los pilotos también son extorsionados por varias clicas distintas, se ven obligados a cobrar Q5 a partir de las 6 p.m. para ajustar el monto que les exigen los mareros.

Ya no digamos la extorsión ejercida por los supuestos cuida-carros en cualquier calle, o la mordida que nos exigen los policías para no llevarnos presos, ponernos multas antojadizas o confiscarnos el carro. ¿Y por qué nos extorsionan los policías? Porque sus superiores seguramente los extorsionan a ellos. Y porque “así ha sido siempre”.

Todo gracias a esos corruptos que, abusando del poder de sus puestos y traicionando la confianza de la población que votó por ellos, utilizan el estado como un cajero automático a su servicio.
¿Cómo estaría nuestro país si no existiera tanta corrupción? Seguramente seríamos un país más educado, más desarrollado, con mejor infraestructura, mucho menos delincuencia y una ciudadanía con mejor estado emocional.

Es imperativo que, como ciudadanos, pongamos nuestro granito de arena para erradicar la extorsión ejercida desde las altas esferas estatales. Debemos seguir denunciando a los funcionarios corruptos, exigir su captura y fomentar la cultura de denuncia.
Perdamos el miedo a denunciar. Por Guatemala. Por nuestros hijos.



Sinibaldi obligaba a las empresas a “donar” dinero para atacar a sus enemigos políticos.

Energía es más que luz

La energía eléctrica es necesaria para nuestras vidas, para el desarrollo del país y debe de tener una red fuerte para que nos llegue a todo...