Desde que nuestro país
firmó el acuerdo comercial con TLC-Cafta, se han importado mil millones de
libras de alas, pechugas, cuadriles, pasta y piernas de pollo.
Y aunque la cifra es asombrosa, datos presentados por la Asociación
de Avicultores (Anavi) revelan que el pollo fresco nacional sigue siendo el de
mayor consumo en el país: un 80% contra un 20% de pollo importado. Esto pese a
que la diferencia de precios es marcada: el nacional a Q11 la libra y el
importado entre Q5 y Q6.
De acuerdo con la fracción arancelaria 0207 del Sistema Arancelario
Centroamericano (SAC), entre 2012 y 2016 se importaron 200 mil libras anuales
de pollo estadounidense, lo cual equivale a US$80 millones (Q588 millones).
Ahora,
con la eliminación del arancel al pollo importado, las autoridades y
comerciantes prevén un posible incremento en su consumo. Esta liberación
arancelaria permitirá importar cualquier cantidad porque ya no existe cuota
límite.
Édgar Méndez, de la Gremial de Carniceros, afirma que el
bajo precio del pollo importado es un atractivo para los consumidores, aunque
también hay personas que prefieren el pollo nacional aunque tengan que pagar más.
Según el monitoreo de precios, entre el 14 al 20 de abril, el
pollo entero sin menudos tuvo un precio de Q11 la libra; la pechuga con ala de primera Q14 y la caja de
40 libras de pollo importado a Q195.
(Con información de Prensa Libre para Rumbo Positivo)
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