lunes, 30 de enero de 2017

Atentado contra la vida

Por Luis Pedro Coroy.

Aun no se cumple un mes de iniciado el ciclo escolar y ya empieza se han visto protestas de padres, maestros y de los mismos estudiantes quienes buscan ser escuchados y atendida su petición por recibir una educación digna.

Lamentablemente las notas negativas se vuelven más comunes a medida que avanza el ciclo, aulas en mal estado, escuelas sin maestros, niños sin útiles y, la más reciente, niños que recibieron de parte del Ministerio de Educación salsa kétchup para su refacción escolar.

Además de indignar, preocupa que haya alguien quien lee y aprueba este tipo de situaciones, a quien no le importa la salud o el hambre de los niños.  Esto aparte de afectar de forma negativa a la educación en este centro escolar también contribuirá a la desnutrición crónica que ya afecta a la mayoría de niños en el país.



Tal parece que al llegar a un despacho ministerial a los funcionarios se les olvida que toda persona y ciudadano guatemalteco tiene derechos que son inalienables, lo dice la Constitución, y entre estos está el derecho detener una vida digna con alimentación y educación. A mí de verdad me gustaría ver si ellos aceptarán una refacción así o si estarían dispuestos a arriesgar su salud o la de sus hijos con este tipo de alimentos.



Lo más preocupante de esto es saber que si una escuela denunció este tipo de abusos, ¿cuántas más habrá en la misma situación? Cuántos de los más de 4 millones de estudiantes pasan hambre a diario. Y cuántas de las instituciones al cuidado de los guatemaltecos hará algo al respecto.

En este sentido, la Procuraduría General de la Nación debería hacer las averiguaciones para la protección de estos niños, así como el Ministerio de Salud. Hasta el Ministerio de Desarrollo Social tendría que ver a dónde se destinan los fondos para la gratuidad en salud y educación. “Muchos padres para una sola misa” dicen en mi pueblo.




En todo caso también debería el Ministerio Público iniciar una investigación para encontrar al culpable de esta “decisión” pues a mi criterio se está atentando contra la vida de muchos niños y con ello el futuro del país. Basta de dar excusas y pónganse a trabajar en lo que les corresponde, si están en esos puestos es por su capacidad, así que ¡demuéstrenla! 



martes, 17 de enero de 2017

Se perdió el control

Por: Luis Pedro Coroy

Con el enfrentamiento de hoy ocurrido en San Mateo Ixtatán se solloza de nuevo la pugna entre guatemaltecos, se lamenta la ausencia de concordancia y que, de nuevo, ganó el ansia por el uso de armas de fuego. Lo más lamentable de todo esto son las personas atrapadas en el medio y, como siempre, sufren y reciben la peor parte.

Es momento de evaluar nuestro desarrollo como sociedad y cómo las opiniones sesgadas de algunos pueden poner a muchas personas en riesgo. De cuáles son nuestros límites al sentirnos amenazados y qué estaríamos dispuestos a hacer por defender nuestra vida, ya sea como ciudadano o como un agente de seguridad.

Los disturbios en Huehuetenango evidenciaron la poca capacidad de la Procuraduría de Derechos Humanos así como entidades estatales dedicadas a la conciliación de los conflictos para resolver o al menos tratar de calmar las aguas. Y claro, una protesta anunciada como pacífica pero que incluyó vandalismo, amenazas a las fuerzas de seguridad y la quema de maquinaria, es una invitación a resolver las cosas por las malas.

Las protestas están escalando a niveles alarmantes y esto sin duda aumenta el nivel de conflictividad y reduce la tolerancia. Qué se gana o quién gana es una pregunta capciosa, pues como dicen, “en una guerra no hay ganadores”, eso sí, golpeados y heridos hay hasta para llevar.



¿Quién perdió el control de la situación? ¿Quién provocó a quién? Lo único que podemos esperar es que el Ministerio Público investigue los hechos para que los responsables, sean quienes sean, respondan por sus actos ante la ley.

En estos días en que gracias a las redes sociales cada uno de nosotros nos convertimos en una especie de corresponsales debemos tener la responsabilidad de dar información fidedigna, no solo basarnos en el rumor pues esto empeorará las cosas. No podemos emitir un juicio sin conocer los antecedentes de una situación, y esto aplica para todos quienes compartimos información desde nuestro teléfono o en redes sociales.  



Aparte de todo lo negativo, es innegable también que tenemos la oportunidad de llamar al diálogo y arreglar las cosas. No esperemos que el gobierno haga todo por nosotros. Si como sociedad no podemos gestionar nuestra propia reconciliación, menos podremos hacer para lograr el desarrollo que nuestros pueblos necesitan.

Al final del día el mundo conocerá algo más de Guatemala y nosotros tendremos una página más en nuestra historia de enfrentamiento en un círculo que no se sabe quién se sirve la mejor tajada.


miércoles, 11 de enero de 2017

Como onda expansiva

El año pasado pude leer en un periódico una columna (disculpen, no recuerdo al autor) en la cual se hablaba de un encuentro de empresarios internacionales y de cómo estos en algún momento le comentaron al autor de la nota su intención de salir del mercado guatemalteco.

Tal vez el momento coyuntural no le dio la importancia necesaria a este texto, como dicen fue una gota en un estanque pero provocó ondas que hoy empezamos a ver. Muchas empresas podrían estar alistando maletas dejando a muchos guatemaltecos sin empleo y al país en una situación económica más complicada que la actual.


Uno de los modelos productivos más afectados en la actualidad es el de las hidroeléctricas, empezando con Hidro Santa Cruz quienes indicaron que “preferían ir a un país en donde quisieran el desarrollo”. Hoy también vemos un fallo judicial que detiene otros proyectos similares (Oxec I y II) lo cual muchos están aplaudiendo y celebrando cuando son los mismos quienes protestan cuando hay incrementos en la energía eléctrica. Entonces como quien dice queremos comer carne pero no queremos que la vaca esté en nuestro patio.

No es que el país no tenga las capacidades para otros modelos productivos, pero la realidad es que nuestra capacidad hidrológica ya la quisieran otros países y por lo mismo la debemos aprovechar. Pero como siempre, la conflictividad le ha restado un paso a Guatemala hacia el desarrollo. Si bien es cierto que existen convenios internacionales para proteger derechos y territorios (como el convenio 169 de la OIT), estos no deberían ser de uso arbitrario por quienes solo buscan perpetuar la desigualdad en el país.

Muchos de los que están en contra de los proyectos productivos como las hidroeléctricas citan frases y admiran a personajes políticos o históricos, entre ellos a Rafael Correa, presidente de Ecuador una de las naciones con mayor potencial energético por medio de hidroeléctrica de Latinoamérica. En una entrevista a un funcionario sobre la obra, pues al parecer esta estaba en parte de territorios protegidos, explicó que su constitución permitía este tipo de proyectos pues esta prioriza el desarrollo. En otras palabras, el país es primero, lo triste que aquí en Guatemala todos velamos por nuestro propio rancho sin importar los demás.

La realidad es que cada año las oportunidades son más escasas en el país y con el cierre de empresas seguro esto no mejorará. El valor de la electricidad no se debe medir en dinero sino en la capacidad del país para producirla, ahí está el verdadero valor y una oportunidad enorme para Guatemala para ser referente de desarrollo. Pero todos debemos remar en una misma dirección, en un Rumbo Positivo.



miércoles, 4 de enero de 2017

2017, ideal para celebrar.

Cuando pensamos en el año que terminó vemos que, al menos en Guatemala, tenemos varios días para la conmemoración de eventos importantes en nuestra historia. Como una mala costumbre esperamos estas fechas más por el asueto que significa que por lo que realmente representan.

Pues bien, y con todo el ánimo para cambiar, el 2017 es una nueva oportunidad para que de verdad celebremos algunas de estas fechas o fiestas, no por el “feriado” sino por el hecho de que somos afortunados en muchos sentidos, aunque a veces no lo parezca.

Celebremos el día del trabajo por el hecho de poder hacer algo con nuestros talentos, de tener la bendición de proveer para nuestras familias y la seguridad que este ofrece. El desempleo y la falta de oportunidades han sido de las principales causas para que muchos guatemaltecos busquen en otros países mejoras o al menos la ocasión de explotar capacidades que son aplaudidas en otros lados.


Celebremos la paz, pero la que construimos desde nuestros hogares y compartimos con otras personas. La paz no la hacen las autoridades, la da el hecho de ser buenos ciudadanos, de construir sociedad y ciudadanía, de procurar cambios y transitar siempre con rumbo positivo. La paz no solo trata de deponer armas también se logra con el esfuerzo que hacemos a diario para salir adelante.

Celebremos una revolución para salir de pensamientos conformistas que solo sirven para frenar nuestro crecimiento y el del país. No es señalando y acusando como lograremos avanzar, la búsqueda de la justicia y la solidaridad con nuestros semejantes nos hará avanzar, no hay de otra. Nos debemos ver todos como guatemaltecos y como tal aprovechar las oportunidades de crecimiento colectivo.


Celebremos la independencia de poder lograr nuestras metas pues solo con nuestro esfuerzo y trabajo diario podremos aportar a nuestro bienestar y, tal vez, de muchas otras personas. De poder forjar un camino y seguirlo, claro está, siempre apegado a las normas sociales.


Recordemos que así como tenemos derechos también tenemos obligaciones y nuestra obligación es el engrandecimiento de nuestro país, nuestra sociedad y de nuestra familia. En resumidas cuentas, solo nuestro trabajo y esfuerzo nos dará la paz e independencia para revolucionar nuestro pensamiento, de salir del letargo idealista en busca del bien para todos, esa debe ser nuestra meta para 2017. 

Energía es más que luz

La energía eléctrica es necesaria para nuestras vidas, para el desarrollo del país y debe de tener una red fuerte para que nos llegue a todo...