viernes, 28 de octubre de 2016

Por el trono del saber

No hace falta decir mucho para describir el trabajo que Joviel Acevedo y Bernardo Caal hacen a la perfección: alimentar la confrontación y, cada quien por su lado, negar el desarrollo del país por medio de una educación de calidad.

Aquellos dos que antes estaban de acuerdo y velaban por los intereses del otro hoy están enfrascados en una pugna con el único interés de despedazar la raquítica imagen y devaluada decencia que tiene cada uno. Lo lógico es pensar que Caal quiere el trono de Joviel, a toda costa. Hoy como gatos panza arriba se defienden con uñas y dientes, y sí, ganará aquél con más poder o quien haya hecho mejores tratos con los otros nefastos dirigentes magisteriales.


Pero ¿cuándo inició la lucha por la sillita de oro de Joviel? Al parecer el duelo de poderes se inició con el despido de Caal, el cual respaldó el mismo Ministerio de Educación, hasta ese punto llegaba el poder de Acevedo, hasta controlar quién podía y quién optar a una plaza en el magisterio nacional. Se dice que hasta influyó en la decisión Ejecutiva en la designación de nuevas autoridades, pero queda en eso, en un dicho.
Desde su llegada a la dirigencia magisterial, Acevedo se ha empoderado a tal manera que puede sentarse en el Congreso o a la misma mesa que el Presidente y recibir elogios por su buen trabajo al frente de la educación.  ¡VAYA ELOGIO! (en política: dime quien te halaga, y te diré de que pata cojeas)

Pero Caal no ha perdido el tiempo, pues si desde su despido ha tratado regresar a la representación magisterial en el departamento de Alta Verapaz, se ha aliado con algunos agitadores internacionales, principalmente para financiar su enfrentamiento contra los proyectos productivos de Alta Verapaz. Lo que no se ha puesto a pensar Caal que son esas mismas empresas las que él férreamente trata de expulsar las únicas que han llevado asistencia a las necesidades de muchas comunidades, algo que ni el mismo Estado ha hecho y que el mismo Acevedo ha contribuido denigrando la imagen del docente para sentarlo en el banquillo de “aquellos que solo sirven para hacer bloqueos y que por un pan acompañan a Joviel Acevedo”… aquellos a quienes dicen defender son los más afectados con sus acciones directas y en conjunto trae como resultado comunidades en miseria llenas de niños analfabetas sin ninguna oportunidad de sobresalir en el futuro.

Y sinceramente,  Bernardo Caal no va a construir escuelas, dar salud o algún beneficio a estos pueblos sino lo que busca es pasearse por esos lugares como el cacique que luchó y ganó ¿pero cuál es su interés realmente?


Mientras el humo de las fumadas de estos dos se dispersa, debemos estar atentos a cómo se desarrollan las acusaciones, el proceso y el desenlace de esta lucha de poderes oscuros, independientemente quién salga victorioso sobre el otro, la educación será la más perjudicada. Ya sea por la continuidad de la podredumbre de Acevedo o el inicio de un nuevo ciclo en donde la sed de poder de Bernardo Caal provoque un estancamiento peor al que ya sufrimos. 

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