miércoles, 25 de junio de 2014

Paro nacional y seguimos igual

Una protesta roja, ¿Es de extrañar?
Anuncian paros, bloqueos y manifestaciones en todo el país. Eso se lee casi cada seis meses en el
país, es un poco irrisorio, es un poco triste y es un poco indignante. ¿Cuánto se ha solucionado por bloquear calles? ¿Cuánto pierde la gente productiva por estas propuestas? ¿Afecta al gobierno o al "gran enemigo" CACIF estas medidas? Sin embargo, estas preguntas no son respondidas ni les interesa responder a los mediocres que sueñan con un cheque en Euros y siguen organizándolas. El país está en paro, sí, pero no por estos bloqueos sino por la mentalidad de algunos líderes que sabotean todo porque eso les significa ingresos, ingresos para ellos y no para la masa, ese público fácil que se presta.

¿Cuántas personas pierden su empleo gracias a estas actitudes? ¿Cuántas personas pierden su mercadería debido a los bloqueos? ¿Cuántos no podrán llegar a sus empleos o a la escuela para capacitarse y mejorar? Algunos activistas le llaman a esto "colateral", un sacrificio necesario para un bien mayor. Y yo les indago, los reto a que respondan: ¿Acaso Juan, el de la tienda, les pidió que bloquearan la carretera donde vienen sus verduras?  ¿Acaso Pedro, el que va a una entrevista de trabajo, podrá excusarse de no llegar debido a esto? ¿Acaso a Marta la aceptarán en su empleo, luego de que ya son varias las veces que falta debido a estos bloqueos?

No se puede exigir cumplir la ley ni pedir tratos especiales cuando arruinás la vida de otros. Simplemente no se puede, estás repitiendo los patrones del Gobierno actual, de esos que se saltan las trancas para todo. ¿Y ese gran enemigo que pintan por todos lados, el dichoso "CACIF"? Si fuese verdad todo lo que dicen de esa organización, ellos no viajan por carreteras, quizá les afectará uno o dos negocios, pero no dejarán de hacerlo. Ellos viajan por helicóptero, no les importa que bloqueen las aduanas o en fin, no les afecta, si es que tienen tanto poder y dinero como quieren hacernos creer.

Ahora bien, ¿A qué se debe este patrón sintomático de protestar y bloquear por todo si no soluciona
nada? Eso es lo que la gente se debe preguntar. Les doy una pista: organizaciones indígenas como las de Xalapán, creen que viven de las migajas o realmente hay un interés por percibir donaciones de países extranjeros. Digo, las protestas del 44 eran poderosas porque eran representativas, una ciudad pequeña, de unos cuantos miles de habitantes en donde la oposición al gobierno era masiva. Ahora dos mil o tres mil que bloqueen una ciudad de 3 millones de habitantes es ridículo, no representa nada.

Así que en lugar de organizarse como partidos políticos, como unidades nacionales ciudadanas, prefieren sacar la bandera de los pobres y protestar por un almuerzo. Creo que viéndolo así, sin tapujos, hay otro interés detrás. Interés en Euros, en lucrar con el dolor y la pobreza del pueblo. Pero lo que es peor aún, encontramos "académicos", "intelectuales" que se la creen. A conveniencia, sin duda, pero se la creen.

Atentos amigos ciudadanos, esto no es solo por los índices de pobreza, hay un prejuicio ideológico que debemos combatir sin falta!

Por Güicho Godoy

domingo, 22 de junio de 2014

Messi, el niño y la indignación del pueblo

No quiero hablar de futbol. Aclaro de entrada. Lo utilizo como ejemplo de nuestras disposiciones, de nuestras premisas falsas y de cómo el incidente nos desnuda como nación. Somos indignados dignos (valga la contradicción) de análisis mundial. Somos esos que nos saltamos las trancas, rompemos las reglas y esperamos una recompensa apelando a nuestra "inocencia", a nuestra típica postura de mendigos apadrinados. Y si no me creen veamos el caso del famoso niño que ignoró Messi.

Resulta que la noticia le dio vuelta al mundo. Ese periodismo rosa que ahora también mete sus narices en el deporte popular, el deporte del pueblo. Inventan noticias que poco tienen que ver con futbol, pero esa es otra historia. Messi, el supuesto mejor jugador del mundo, saludó a los árbitros, y ni siquiera vio a un niño que, rompiendo el protocolo, se salió de la fila, se adelantó y quiso saludar al astro. Sí, platicando con amigos me decían cosas como "es que un niño no sabe de protocolos", o cosas como "pobrecito, se emocionó y se salió de la fila, Messi qué mal". Y bueno, indignados cual si fuera Wall Street, vaya que no fueron a hacer plantón a McDonald's, empresa que premió a estos niños para entrar de la mano de los jugadores en el protocolo de estos partidos.

Pues bien, resulta que el orgullo chapín, ese que sale cuando se juega contra Costa Rica o México y ese que solo sirve para lanzar premisas de falso nacionalismo, los inundó a todos. Yo les decía "¿Qué hay si el niño simplemente debió respetar el protocolo?" y entonces sonaban esas respuestas de siempre: "Pobrecito, es un niño", "Dejalo, a esa edad no te fijás en el protocolo" o la mejor "Los niños no saben respetar las reglas". Apliquemos esas afirmaciones al pueblo de Guatemala: "Pobrecitos, es que son pobres, es que la gente no sabe de protocolos, por eso no los respeta, la gente no sabe respetar la ley". Ahí está como un pequeño gesto nos desnuda como nación.

No sabemos seguir las reglas, no sabemos respetar procedimientos, no tenemos madurez para obedecer la ley, para acatarla y hacerla cumplir.  De ahí que en las cosas más cotidianas, como hacer doble fila, rebasar por la derecha, pasarse semáforos en rojo, bloquear intersecciones o cosas aún más simples como no tirar basura en la calle se vuelven tan fundamentales. Motoristas llevando el caso en el codo en lugar de la cabeza (desobedeciendo la nueva ley y atentando contra su propia vida), personas protestando contra las empresas que les llevan empleo, pero ellos solo quieren que les sigan mandando euros bloqueando carreteras y demás.

Ahí está nuestra indignación y lo peor es que dejamos que pase. Nuestra supuesta autoridad deja que todas estas actitudes sigan impunes y no se vale, no se puede así. ¿Cómo vamos a construir una nación basada en el Estado de Derecho si todos los ciudadanos desobedecen la ley y el Gobierno que debe hacerla respetar es permisivo con estas faltas?

¿Usted está de acuerdo con que Messi debió saludar al pobre niño? ¿Usted cree que es adecuado que la autoridad se haga de la vista gorda? Reflexione sobre este tema, piense en Messi y el mundial de forma que entendamos que debemos parar con esta forma de permitir romper las reglas. Guatemala ya no aguanta con más supuestos ciudadanos que rompen las leyes a conveniencia, y que tratan de imponer su voluntad por sobre la voluntad de sus vecinos.

Güicho Godoy

Energía es más que luz

La energía eléctrica es necesaria para nuestras vidas, para el desarrollo del país y debe de tener una red fuerte para que nos llegue a todo...