Así como suelen ser las cosas en nuestro país, hoy de nuevo
ganó la desilusión, ganó la negativa al desarrollo y ganó la falta de visión y
como resultado esto solo traerá comunidades en pobreza y con cero atenciones
ante un Estado ineficiente.
La decisión de la empresa EcoEner Hidralia de cesar sus
operaciones en Santa Cruz Barillas e irse a donde sí los quieran
definitivamente traerá consecuencias, tanto para las poblaciones que se
beneficiaban con trabajo u otros beneficios, como para el país pues en
definitiva se dejará de percibir una importante contribución a la matriz
energética nacional.
Hoy todos se alegran porque “David venció a Goliat”, porque
se logró una gran victoria, pero ¿victoria para quién? Porque para las
comunidades que ahora sí quedaron en el abandono, no lo creo. La interesante
ahora será conocer los planes que las organizaciones tanto nacionales como
extranjeras tienen para cubrir la cuota energética para el país así como los
trabajos para muchas personas en Santa Cruz Barillas, porque algún plan tendrán,
¿o van a dejar a toda esta gente con una mano por delante y otra por detrás?
Lo que me gustaría ver ahora es cómo se van a organizar los
defensores que hoy se alegran, claro con el apoyo de las organizaciones
nacionales e internacionales para ayudar a quienes perdieron el trabajo y con
ello el sustento para sus familias, me imagino que algo de sus donaciones
destinarán para la creación de programas sociales o de beneficio para estas
comunidades que dicho sea de paso, están entre las más pobres y desgraciadas
del país.
Se debe reconsiderar la posición ideológica de las
protestas, pues lo único que se va lograr, como en el caso de Hidro Santa Cruz,
es ahuyentar a inversionistas y con ello las oportunidades de las comunidades,
así como las del país. Todo mundo se queja de los programas sociales que
impulsa el Gobierno cuando en realidad con estas actitudes de persecución se
contribuye con la pobreza de las comunidades al atacar su sustento, pero seguro
las organizaciones y los dirigentes ya pensaron en eso.
Los planteamientos ideológicos se han convertido en luchas
de intereses y como siempre los más afectados son quienes dependen directamente
de los proyectos. Hoy nos debemos preguntar ¿para quién es este triunfo? o
mejor dicho ¿quién pierde más? Porque está claro que dimos un paso hacia atrás
en cuestión de desarrollo y competitividad.